Jose Carlos Mariategui 1930-2011

Jose Carlos Mariategui   1930-2011
SABEIS QUIEN ES MARIATEGUI ?, PUES BIEN , ES UNA NUEVA LUZ DE AMERICA , EL PROTOTIPO DEL NUEVO HOMBRE AMERICANO, HENRI BARBUSSE. Mausoleo en Lima Peru . Cementerio Presbitero Maestro.

martes, 26 de mayo de 2015

Cuando un criollo muere, nunca muere

Cuando un criollo muere, nunca muere

25 de Mayo del 2015 a las 12:43:53

CUANDO UN CRIOLLO MUERE, NUNCA MUERE

Entre las muertes por los conflictos del sur, la semana pasada redobló sus tristezas. El maestro Manuel Acosta Ojeda, escritor, infatigable difusor cultural, compositor, criollo hasta los huesos, partió hacia una jarana en el cielo, que reclamaba las certezas de sus letras. Dios, como buen peruano, también gusta del criollismo. Lo entrevisté más o menos por el 2006. Acá un resumen de aquella larga conversación que tuvimos en el Cordano, entre Coca Colas y nostalgias.
Por Eduardo Abusada
Don Manuel, ¿cuándo descubre su vocación por la canción criolla?
Nací en la Maternidad de Lima en marzo del año 30. No había televisión y los días que pasé allí ya escuchaba las serenatas. Desde el vientre de mi madre ya escuchaba música. Luego, en mi casa, en Miraflores, la radio pasaba música pues, no ruido. La música más chabacana para la gente, digamos de medio pelo era, por decir, Los Panchos. Eso era vulgar. Música era Schubert, Mozart, Bach, etc.
Estamos en mayo, ¿cómo nace el tema ‘Madre’, convertido siempre en himno este mes?
Juan Gonzalo Rose, señor poeta, decía que la canción que más le gustaba de todos mis temas era ‘Madre’ por “su sinceridad”. La letra la escribí en un bar que se llamaba El Silletazo, porque las sillas paraban volando, en la esquina de Gonzáles Prada con Santa Rosa. Yo cantaba regular y había serenatas, entonces hicimos un trío con Rómulo Palaviccini y Gerardo Hernández. No se usaba cajón, era solamente para los negros. Teníamos bastante fama en Surquillo porque no había otro conjunto. Teníamos trabajo y nos pagaban 20 o 30 soles, pero nos servían unos buenos platos de arroz con pato. Entonces, estábamos cantando después de una jarana, era sábado víspera del Día de la Madre. Eran las 7, 8 de la mañana y la gente ya llegaba a comprar panetón, botellas de champagne, chocolate, vino. Y yo pensé en mi bolsillo, que estaba roto anímicamente, porque no tenía ni medio. Me dio mucha pena, mucha tristeza no poderle llevar nada a mi mamá. Y en una cajetilla de cigarrillos Nacional, que era lo más barato del mundo, en la parte blanca empecé a escribir “madre cuando recojas con tu frente mis besos…” Seguimos tomando y cantando y seguía pensando en lo mal me había portado, en lugar de tener un trabajo para poder llevar a mi mamá al cine…Tenía 20 años, ¿a esa edad quién lo frena a uno? Y seguí escribiendo cada vez más emocionado. La canción fue sincera porque la hice antes de que mi nombre suene en ningún lado. Yo escribí para mi mamá, una mujer sencilla, promedio; y a las 11 de la mañana terminé la letra y la guardé en mi bolsillo; y sin llorar me fui a la casa porque me sentía muy emocionado. Mi padre casi se desmaya, porque yo siempre llegaba martes cuando salía los viernes. Estaba sano y pasé linda la tarde con mi familia, y el domingo fuimos al cementerio a ver mis abuelos. Ya después la seguí [la jarana] (sonríe).
¿Pero cómo se hizo canción?
Ahí se quedó la nota en el saco viejo. Tenía dos, uno viejo y el otro más viejo. De repente en el 55 hago ‘Un Atardecer’, que lo cantaron con éxito en Radio Nacional. Lo empezaron cantar Los Chamas y en todas las radios. Luego se cantó a nivel mundial porque Gladys Zender fue elegida Miss Universo y cuando le preguntaron sobre sus gustos dijo en cuanto a música: “La canción ‘Un Atardecer’ de Manuel Acosta Ojeda por Los Chamas”. Así, un solo dato pasó por todo el periodismo de esa época, que era muy poco en ese entonces. Ya todos me llamaban. Entonces venía el Día de La Madre y me acordé. Busqué mi saco viejo, boté las polillas, saqué la letra y le puse música. Los hermanos Gómez de Los Chammas me dijeron que si la cantaban otros no me hablarían nunca más. La canción estuvo en el closet un año mientras la ensayamos en las noches para que nadie se entere. La cantaron en radio La Crónica. En el segundo párrafo Óscar Bromley, ‘Pajarito’, que era la voz de Los Chamas, se pone a llorar; Washington Gómez se quedó mirándolo y también se puso a llorar; Orlando, que no lloraba ni picando cebolla, también rompió a llorar. El público lloraba y yo fumaba como fiera para no llorar, hasta que acabé llorando también. Se repitió tres veces.
¿Y cómo aguantaba la mamá a un hijo tan bohemio?
Uyy…recontra malogrado era yo. Pero la suerte era que tenía teléfono desde antes de nacer, era el 266, de tres números nomás. Entonces de donde estaba jaraneándome buscaba un teléfono y la llamaba para que sepa que estoy vivo…pucha, cuando me acuerdo me dan ganas de llorar. Llegaba tarde, pero siempre llegaba.
¿Qué le gustaría decirle que nunca le dijo tal vez?
Te quiero. Cuando somos chicos somos achorados, todo lo sabemos, somos borrachos y a veces no decimos “te quiero”. He podido portarme un poco mejor. Por eso es importante que la gente joven procure no llegar muy tarde, tener mucho cuidado, porque en verdad se afligen los viejos. A todos los que tengan su madre viva les diría que tengan un poco más de preocupación por no darle cólera a los viejos, porque después, cuando se mueren, ya es muy tarde para arrepentirse. Cuánto daría yo para estar un par de días con mi mamá, tomar desayuno, salir a pasear, pero eso ya es imposible. El tiempo se pasa y uno está chupando en el Palermo, en el Chino Chino, en el cuchitril y después no se puede recuperar el tiempo.
¿Cómo era la bohemia de su tiempo?
Era muy sana. Todo ha cambiado tanto, los valores eran tan diferentes. Nadie bailaba con nadie en las fiestas sino habían bailado los dueños de la casa. Las fiestas no eran todos los días, eran solamente en santo del viejo o santo de la vieja. Yo no recuerdo de ningún quinceañero. Cuando venía santo de fulano se preparaba meses antes.
¿Dónde se iban a bailar?
Había cuatro salones de baile donde iba gente de 21 años lo menos. Nada de 18 en ese tiempo. Las mujeres no tenían derecho a voto, su voto es muy bueno después…ja. Había el Alice en el Jr. Huánuco; el Gremios, en la calle Gremios del Centro de Lima; el Yolanda, que estaba en Jesús María; y La Andina, en Surquillo, donde se tocaba mambo. Yo bailaba mambo, y bailaba bien creo, pero lo raro es que nunca hubo una orquesta de mambo acá. La radio permitía la imaginación. Las mujeres se decían que “lindo canta esa voz, debe ser un hombre alto, guapo, ojos azules, no sigas, no sigas…”, y en realidad el cantante medía 1.60, narigón, pero las chicas suspiraban. Ya con la televisión cambió todo y no había defensas y los nuevos ritmos entraron con fuerza. Por eso yo pienso que la canción criolla está destinada a perecer. No hay nada que sea eterno, pero hay que defenderla. Que aguante la vieja hasta que muera.
¿Cuáles eran sus bares preferidos?
En el centro de lima, en la Colmena, cerca de Azángaro, estaba El Palermo. Era increíble, nunca ha habido nada igual en América Latina creo. La gente llegaba de otros países, periodistas, intelectuales, músicos, iban al Palermo. No había dos mesas homogéneas. La gente de San Marcos se miraba con la gente de la Cantuta por ejemplo, gruñían. La gente de la Católica se iba a un sitio especial, el más pituco; no había pues La Pacífico y las nuevas. Cada mesa tenía su poeta. Ahí conocí al poeta Martín Adán, era huraño, hosco como él solo, no saludaba a nadie. Si no iba con Gonzalo Rose no me daba la mano. Gonzalo se acercó y le dijo “maestro”. Le contestó “hola Gonzalo” y me miró a mí como a un perro. Gonzalo le dijo: “Él es un amigo”, y el poeta contestó “ya tengo muchos” o algo así. Gonzalo le dijo: “Él tiene canciones bien bonitas” y él contestó “yo no canto”. Entonces le cantó un pedacito de ‘Un Atardecer’ y me invitó a tomar asiento. Tomamos un vaso de cerveza y nunca más hablé con él. Así sea verano siempre paraba con un abrigo, no hablaba con nadie.
¿Y dónde la seguían?
El Chino Chino quedaba al frente. Todos los misios pasábamos ahí porque el Palermo a las 11 cambiaba de precio, subía casi al doble. De repente para que no venga tanta chusma, ¿no?
Me dijeron que paraba en el bar Tobara de Surquillo.
Ahí he ido varias veces pero era muy peligroso, y esto que yo no era ningún sonso. Había gente de mal vivir que venía de otros barrios. Hasta hubo asesinatos en la puerta. Recuerdo a un chico que le decían ‘Niño Bonito’, mató a tres personas por una apuesta a quién era más rápido con la chaveta. Había también otra cantina por Salaverry en la que paraban sobre todo criollos y todos se decían “oye salud…tu madre, dos más…tu madre”. Para todo era “tu madre”, se había hecho una especie de punto y coma, y se quedó con el Hogar de la Madre. También había El Sombrero, porque todo mundo la metía la cabeza.
¿No se armaban peleas en las jaranas?
Hubo una época en que apareció “la paradita de gusto”, que era un tontería. Consistía en que estábamos tomando en grupo y nos íbamos embriagando y de repente se retaban así de frente a “una paradita de gusto”… “ya pues”; y salían a la calle, se metían el pantalón debajo de las medias para no enredarse, se sacaban la camisa y se agarraban un ratito y seguían chupando. Era una cojudez pero se hizo costumbre. Por ejemplo, en Surquillo había un buen peleador, el Negro Felipe, hasta que aparece Lolo García ‘Carta Brava’. Así como los del far west lo buscó pues y le pegó. Luego todo mundo quería pegarle a ‘Carta Brava’ y él fue por años el mejor. El inventó una patada que le llamó la ‘espuelérica’, que iba al tobillo. Había más estilo, no valía pegar en el suelo; sino los que estaban viendo se metían y le pegaban a uno.
¿Sigue tomando sus traguitos?
Ya no puedo. Pero nunca fui borracho porque borracho es el que se emborracha, yo era bebedor. Tenía buena consistencia.
Ha tenido importantes reconocimientos del Gobierno, pero ¿le han ayuda financieramente?
No, no, felizmente no. Hace daño.
¿Pero recibe regalías por sus temas?
No, porque eso lo roba la APDAYC. El Indecopi ha hecho una resolución mediante la cual Saycope, que es la entidad que yo presido, no puede cobrar sus derechos de autor. Lo más grave es que estoy condenado por el delito de cobrar ¡mis canciones! sin permiso de Indecopi. Yo me río, ni he ido al Poder Judicial.
¿Por qué cree que ha perdido auge el criollismo?
Falta difusión. No hay oferta porque no hay demanda. En el año 53 se inicia todo un ciclo increíble que dura solamente unos 15 años. Aparecieron Los Chamas, Los Romanceros Criollos, Los Dávalos, etc. Esto abrió las puertas de la canción criolla y las 7 u 8 emisoras que habían, todas hacían música en vivo, con butacas. Sale Tania Libertad con 10 años. Pero llega la televisión y la falta de apoyo de parte de nosotros mismos. Se buscaba personas con lo que llaman “buena presencia”, que es una estupidez, pero lamentablemente existe. O sea, un negro no tiene buena presencia, si es chato, peor; y panzón, ya no, que cante de espaldas.
No es una despedida, pero ¿se va satisfecho de esta vida?
No, creo que podía hacer mucho más, pero el tiempo lo dirá. Estoy estudiando la cuestión esta del Internet, la vaina esa. Pero me siento muy contento de haber aportado algo.
Lleva con su esposa Rebeca como 40 años, ¿la conquistó cantando?
Eso es bien interesante. Yo el año 68, que la conozco, ya no sabía dónde meter diplomas, medallas que me reconocían; ya había estado en Europa, en medio mundo y me daban homenajes por doquier; salía en revistas extranjeras. Y entonces, cuando conozco a mi esposa, muy linda, ella no sabía ni ‘Madre’, ni una canción mía. Me quedé asombrado porque yo paraba en San Marcos, la UNI, y las chicas suspiraban; yo cantaba regular y no tenía las arrugas que tengo ahora. La conocí, nos hicimos amigos y me enamoré porque era una mujer muy fuerte, muy valiente. Es una mezcla así de la   Thatcher con Martha Hildebrandt y un poco de Victoria Santa Cruz: un poco TNT, pero eso me hace bien, me controla.
¿Hizo alguna locura de criollo por ella?
No. Eso de “si no me quieres me mato” es una cojudez. Si me quieres, pues me quieres; si no me quieres, chau. El problema era que tenía 5 hermanos. Yo creo que me buscó por eso, porque a mí no me podían pegar fácilmente. A otros enamorados les daban su tanda.
¿Era amigo de Julio Ramón Ribeyro también?
De niños. Nos conocimos en un billar en Miraflores, en la Alameda Pardo. Había un billar que era para puro pituco, por donde está el Vivaldi. Ahí conocí a Julio Ramón. Él era de clase media alta, yo no tenía ni clase creo, más misio que la patada. Pero como vivía a la espalda, en Manuel Bonilla, iba al billar. Los chicos vivos de Surquillo y La Victoria iban a ese billar para ganarle plata a los blanquitos, había gente de Champagnat. Yo jugaba con las dos manos y me pusieron ‘El Sabido’. Esto está en la novela de Julio Ramón, ‘Los Gienecillos Dominicales”. Me acuerdo que con él parábamos en un bar que se llamaba Taca Taca, era de un chino, frente el Cine Marsano. Todos tenías una cultura maldita.
¿Qué recuerdos tiene de Julio Ramón?
Yo le ganaba al billar. Él tomaba muy poco, era muy débil. Ese nació flaco. Era tranquilo, nunca llegaba después de las 2 de la mañana, nosotros sí llegábamos a las 3 de la tarde. Recuerdo una vez que estábamos tomando frente a la huaca Juliana y a un pata le dio esa cosa que puede ser catalepsia. Parecía muerto, no tenía latidos, no tenía aliento, le pusieron el espejo. Éramos muchachos y nos moríamos de pánico. ¿Qué hacemos? Pensamos en enterrarlo en la huaca y buscamos una lampa por ahí y sólo encontramos una lampita como de juguete. Total, como a las 3 am el pata respiró “ahhhh” y nos fuimos a chupar a la casa de Julio Ramón. Estaba aterrado el flaco, casi muere, lo tuve que llevar a su casa. Todos nos asustamos. Pensamos en la Policía, asesinato y encima tomando una vaina que estaba de moda, que era la cáscara de plátano que la hacíamos hervir y era un alucinógeno maldito, era como la ayahuasca.
¿Y Ribeyro le soplaba algunas letras?
Él escribía mal. Empezó como poeta. Cuando yo conté eso a Caretas medio que se molestó. Ya después reconoció sí que escribía mala poesía.
Hablando de coyuntura, ¿Ud por quién votó?
Por Tongo…ja.
¿Y para presidente?
Ah, el voto es secreto. El problema para mí no está en el gobierno, está en el sistema. Cada vez estamos más animalizados.
¿Cuál ha sido para Ud. el mejor presidente que ha tenido el Perú?
José Luis Bustamante y Rivero, que lo sacó Odría. 
¿Pensó ser político alguna vez?
Todos somos políticos en alguna forma. No hay neutrales, no hay apolíticos. El que no está con los pobres, está con los ricos. Así es.
¿A quién le dedicaría el valse “Víbora”?
Jaja…a Martha Chávez. A Alan le cantaría ‘Caballito Blanco’.
¿Y para Ollanta tendría una canción?
‘Déjalo que se vaya’. 
Fotos: Andina

No hay comentarios:

Publicar un comentario